sábado, 16 de julio de 2016

Qué caprichosa es la vida...Te pisa, te hunde, te pone la zancadilla, se recochinea, te apaga la luz y te deja a oscuras, te quita lo que tienes y no te lo devuelve, te pellizca el corazón con fuerza para que duela aún más, te funde tus aspiraciones como si fueran bombillas, te miente, te engaña, te da falsas esperanzas, te deja que te levantes un poco y cuando lo estás haciendo te pega un golpe seco en la nuca y te tira otra vez, te ahoga, te roba el oxígeno y cuando te vas a asfixiar te devuelve un poco el aire,pero sólo un poco porque en cuanto te recuperas otra vez te hace lo mismo, te abre los cajones que cierras y te esconde la llave para que no lo puedas volver a hacer, te maltrata, te putea...y súbitamente cuando ya no te quedan esperanzas y apenas tienes ganas de seguir, cuando aceptas tu destino, cuando te resignas, cuando ya dejas de preguntarte ¿por qué a mí?, entonces te regala tus sueños de dos en dos. Te ofrece un mes inolvidable, te sube de nuevo a la superficie, te repara las heridas, te cuida y te enseña el lado bonito de las cosas, y entonces te das cuenta de lo importante que es no rendirse nunca y no dejar de luchar, te das cuenta de que todo a la larga tiene su recompensa, de que tras las nubes y la tormenta siempre sale el sol, y de que puede que no sea hoy, ni tal vez mañana, pero cuando pones fe en algo lo acabas consiguiendo.

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